La creatividad sufre de mala salud. Los plagios mediante la conocidísima técnica 'Ctrl C', 'Ctrl V' hacen posible ser 'autores' de un maravilloso texto en menos de 3 ó 4 segundos, según la habilidad que tengas con el teclado y el ratón. Una práctica que tiene su propia historia y que se centra en la copia de un documento (textual, gráfico, sonoro o visual) ajeno, dándolo como propio, original, diferente o inédito.
Este singular arte, eso sí del copieteo, cuenta ya con una larga generación de copiar y pegar que no se conforma con apropiarse de unas reflexiones y opiniones cambiándole la forma de expresión, sino que copia literalmente párrafos o trabajos enteros. "¡Ya que se hace, se hace a lo grande!" Eso es lo que deben de pensar los plagiadores y copiones, quienes remedian su sequedad cerebral, incompetencia artística y vagancia innata con el plagio. Los más jóvenes aprenden rápido esta técnica cuando se les plantea la 'dura' tarea de realizar un trabajo académico. Para ello sólo pinchan sobre el icono de Internet Explorer y...¡a buscar! En el caso de que esto no funcione siempre acaban buscando en espacios como Rincón del Vago, Monografías, Escolares o No estudies. Pero la vida de los copiones es corta con portales como Plagiarism o Turnitin.
El copieteo no está solamente en las aulas. Los plagiadores han encontrado su hábitat natural en Internet, en la 'Red de redes', aprovechando las grandes cantidades de información para ocultarse o simplemente pasar desapercibidos. En muchos casos, los blogs sirven de 'fuente de inspiración' para los copiones, como el caso del columnista de Las Provincias de Valencia que copió un texto entero publicado en un blog, el plagio de la columnista del diario La Rioja, el del periodista de La Verdad de Murcia o el de la reportera de la agencia EFE. Pero estos son sólo algunos casos. ¿Quién no recuerda el plagio de Ana Rosa Quintana en su obra 'Sabor a hiel'? En estos momentos, Lucía Etxebarría está de nuevo en el punto de mira. Un psicólogo la acusa de copiar párrafos de su libro y con ésta ya van dos acusaciones.
Esta 'inofensiva' práctica del 'Ctrl C' 'Ctrl V' viola la propiedad intelectual del autor, siendo así un delito. Son muchos los riesgos, por ello la Universidad de Sevilla indica cómo evitar el plagio. De todas formas todos conocemos cómo no hacerlo: citar a la fuente, usar bibliografía y utilizar la creatividad.